El TDA es quizás la condición infantil más diagnosticada en la actualidad. El tratamiento que suele utilizarse es farmacológico, en ocasiones acompañado de apoyo terapéutico. Es preocupante cómo cada día se día se diagnostican más niños sobre la base de criterios escasamente fiables y son medicados ignorando o restándole importancia a los posibles efectos secundarios.
La autora sugiere un tratamiento integral y sin medicación, basado en cambios de dieta, bioterapia, terapia psicológica y otras terapias indicadas de acuerdo con los resultados de la evaluación psicológica: terapia visual, auditiva, de movimientos rítmicos, psicopedagógica, de rehabilitación cognitiva, terapia ocupacional, etc. Propone además que debe hacerse una revisión exhaustiva de otras variables externas que inciden sobre los problemas de atención y sobre el exceso de actividad motora de los niños. Finalmente, recomienda un análisis detallado de la dinámica familiar, para intervenir sobre ciertas disfuncionalidades que pueden afectar emocionalmente a los niños. 10