Ruthie ha vivido siempre acompañada de una fuerte sensación de insuficiencia. La suya no es una de esas infancias pintorescas de Nueva Inglaterra, sino una de juguetes usados, saldos de fábrica y leche en polvo. La vergüenza, heredada de sus orígenes inmigrantes, cubre todos los aspectos de su vida, como la nieve espesa que regularmente entierra casi todo en Waitsfield. A medida que crece, Ruthie irá descubriendo las terribles historias que se esconden tras las pomposas fachadas de su vecindario, y comprenderá lo difícil que es escapar del legado de daño y abyección que se extiende tanto por su línea familiar como por la de sus amigas del colegio, cuyos destinos parecen abocarse irremediablemente al desastre.