La energía con la que afrontamos el día a día depende principalmente de nuestra alimentación. Somos lo que comemos y tenemos la energía de lo que asimilamos. Los hay que se quejan hasta de pasear, que están siempre cansados y los hay que pueden con todo y ni el paso de los años parece afectarles. La razón principal es que unos viven crónicamente desnutridos y otros no.
Estamos confundidos en la manera en la que entendemos Nuestra propia Alimentación, debido a la gran información recibida por diversas fuentes (unas fiables y otras no) y la influencia enorme del marketing y de la industria alimentaria. Este libro no es nada convencional, no está apoyado por la industria alimentaria ni por ninguna política gubernamental, es el resultado de aplicar los conocimientos que el autor ha adquirido en sus más de treinta años de experiencia, añadiendo otro ingrediente, el sentido común.
No existe una «Dieta óptima para todos», ni existe una pastilla mágica que te haga más inteligente, ni una pastilla mágica que te regule el peso y mejore tu calidad de vida, lo que existe es un rango amplio de dietas adecuadas en función de múltiples factores: grado de actividad física, estilo de vida, variantes genéticas, epigenéticas, metabólicas, microbianas, económicas, culturales y sociales de cada individuo. No todos responden igual ante un mismo sistema nutricional y cada uno ha de adaptar su alimentación a todas las variables mencionadas.