Roma, 1976. Un año antes de que ocurriera todo. El libanés tiembla. El libanés tiene tres amigos, Dandi, el Bufalo, Scrocchiazeppi. Cambia con ellos de un toque a otro, sostén las armas de otras bandas. El Terrible, que aspira a convertirse en jefe de jefes, lo trata a él y a los demás niños como miserables. Pero el libanés no es uno de tantos. El libanés tiene un sueño. Un sueño aún demasiado grande para él. Entonces, una noche, el libanés se encuentra con Giada. Ella es hermosa, rica, inquieta. Ella quiere cambiar las cosas. Ella quiere hacer la revolución. Giada pertenece a otro mundo. El libanés está hechizado por él. Y al mismo tiempo empieza a intuir que de ese mismo mundo saldrá la idea que le permitirá hacer realidad su sueño. Es gracias a ella, una guía involuntaria, que el libanés se adentra en el mundo de los ricos, primero como traficante de un gran artista esclavista de la heroína, y luego organizando, con sus compinches, un primer secuestro (preludio de lo que marcará, pocos meses después, el nacimiento de la Banda): el secuestro de un riquísimo propietario de un edificio, padre de Sandro, el mejor amigo de Giada...