"Había algo en mí que llamaba abandonos". Adriana irrumpe en la vida de su hermana con la fuerza de una revelación. Eran alborotadoras y cómplices, hijas de ninguna madre. Ahora son mujeres, con sus pasos agigantados, con un legado de palabras no dichas y atenciones intermitentes. Viven dos grandes amores, sagrados y un poco torcidos, irreparables como a veces son los amores jóvenes. Pero a quien no conoce el lenguaje del cariño le cuesta abrir el corazón. Con la sabiduría y la naturalidad de los grandes escritores, Donatella Di Pietrantonio nos regala una emoción cálida y susurrada en estas páginas, que permanecerán con nosotros durante mucho tiempo.