Ser creativo no solo expresa un deseo en las sociedades contemporáneas, sino que se ha convertido en un imperativo y en un modelo cultural universal. ¿Cómo la idea minoritaria y elitista de la creación estética del artista, asociada a la realización de un potencial natural e innato, ha llegado a forjar un modelo social de la creatividad universalmente vinculante? Andreas Reckwitz analiza críticamente cómo este imperativo se ha desarrollado desde los años setenta del siglo pasado hasta la actualidad, extendiéndose a los más diversos ámbitos de una manera tan contradictoria y conflictiva como eficaz, en un marcado proceso de estetización social: en el arte de vanguardia y el posmodernismo, en la psicología de la creatividad y del crecimiento personal, en la economía de la innovación y las industrias creativas, en los medios de comunicación y el star system creativo o en el urbanismo de las ciudades creativas. Indaga así en cómo la transformación de los viejos ideales emancipadores de la creatividad ha traído consigo nuevos tipos de coerciones basados en la innovación estética permanente, en un ciclo interminable y nunca satisfactorio de actos creativos.