"El día que descubrí que era una víctima, me sentí vivo". A menudo se ha dicho que sus novelas hacen el bien. Él mismo siempre supo que escribía "porque repara". ¿Qué arregló Grégoire Delacourt? ¿Quién era su padre, cada vez más ausente? ¿Su madre, que lo mantenía más lejos todos los días? La historia de una familia donde la negación se usa como una armadura, L'Enfant réparé arroja una luz única sobre la carrera de un gran escritor. Dice que escribir es el único escape, permitiendo primero huir antes de trazar, paso a paso, un camino hacia la falla original. En las palabras más precisas, el autor nos ofrece aquí una historia literaria de excepcional lucidez.