Hasta hace no mucho se consideraba el Coeficiente intelectual (CI) una garantía de éxito a nivel académico y profesional. Sin embargo, durante las últimas décadas, la investigación ha señalado otras capacidades y habilidades necesarias para tener éxito tanto en la vida como en el ámbito laboral. En esa misma dirección apuntan las teorías de la Inteligencia Emocional y las Inteligencias Múltiples que hoy en día gozan de gran popularidad y aceptación.
Sin duda, las emociones juegan un papel vital en nuestro día a día y a largo plazo. Resulta patente que muchas personas con un alto coeficiente intelectual (CI), pero con escasa inteligencia emocional, alcanzan menores éxitos que otras de modesto CI pero que han sabido educar bien sus sentimientos. Parece claro que un elevado CI no constituye, por sí solo, una garantía de triunfos profesionales, y mucho menos de una vida acertada y feliz.
"Las personas que gozan de una buena educación de los sentimientos suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces, y hacen rendir mucho mejor su talento natural".