Un texto breve y apasionante, polémico, en el que se articulan los ejes principales de la gran pintura italiana. Tres protagonistas fundamentales por encima de los nombres más consagrados: Giotto, Piero della Francesca, Giovanni Bellini. Con ellos, Paolo Uccello, Antonello da Messina, Miguel Ángel y los grandes venecianos; también Caravaggio. La narración de Longhi rompe los esquemas preestablecidos y se aventura en una articulación histórica original. Si algo le preocupa es mirar las obras y analizarlas en esa mirada: su argumento prescinde de los elementos externos y trata de precisar con rigor los caracteres de su plasticidad.
En 1914, cuando solo tenía veinticuatro años, Roberto Longhi redactó esta síntesis de la historia de la pintura italiana para uso de los estudiantes del liceo en el que impartía clase. Reproducida en numerosas ocasiones, se convirtió en un texto legendario que solo muchos años después sería publicado, que ofrecemos en traducción castellana.
Como ha dicho su introductor, Cesare Garboli, aquí está en embrión el Longhi posterior. Un embrión apasionante y polémico, que se lee «de un tirón», casi como si fuera una novela.