Si hay diccionarios filosóficos, de literatura, de arte, de heráldica, de símbolos, si existen diccionarios históricos y de otros muchos asuntos y disciplinas, ¿por qué el anarquismo, que tiene su filosofía, su propia literatura, sus teóricos del arte y sus artistas, sus símbolos contestatarios y una amplia y poderosa historia, no puede tenerlo? Dos anarquistas colombianos incorregibles e incontrolables se dieron a la tarea de recoger lo que estaba disperso: vidas extraordinarias, poemas, polémicas, definiciones, aforismos, canciones? Lo han hecho con el humor y el inconformismo de quienes saben que la anarquía es una utopía que concibe una sociedad lejana al canibalismo del estado capitalista y patriarcal, y que para seguir con el empeño hay que practicar una reverencial irreverencia