Hoy, más que nunca, las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) están presentes en aulas y hogares, y la programación es una de sus dimensiones más básicas. De hecho, los nuevos planes educativos están enfocándose muy particularmente en este aspecto, y Scratch es una de las herramientas que más se utilizarán en las aulas en los próximos años.
Scratch es un lenguaje de programación desarrollado en el seno del MIT (Massachusetts Institute of Technology). De carácter puramente gráfico, está pensado para iniciar a un usuario sin conocimientos previos en los principios básicos que comparten la mayoría de los códigos informáticos.
A través del juego y la libre exploración, jugando con colores y sonidos, y dibujando sus propios objetos en pantalla, niños y jóvenes (y no tan jóvenes) aprenden, casi sin darse cuenta, conceptos útiles en muchas disciplinas, como el uso de variables o el trabajo con fórmulas matemáticas, al tiempo que crean historias interactivas o pequeños videojuegos de manera completamente autónoma y con total libertad creativa.