Un libro para los amantes de la fotografía de viajes y documentos antropológicos. Nacido en Checoslovaquia en 1922, Hellmuth Straka llegó a Caracas en 1952, huyendo de una Europa en ruinas. Tras haber sido enfermero, intérprete, policía y hasta domador circense, su cultura y su don de lenguas le proporcionan trabajo y le permiten dedicarse a fotografiar a distintos grupos étnicos existentes entonces en Venezuela, además de defender sus derechos. Establecido en Maracaibo, empieza a estudiar y a retratar a tribus como las mujeres wayuu, los quechuas o los jíbaros, que incluye en una serie de bellísimos álbumes de viaje ?su verdadero legado fotográfico?, muchos de los cuales se muestran en este libro a tamaño casi real. Llenos de fotografías, dibujos y notas manuscritas, los álbumes conforman una miscelánea que recoge las inquietudes y la estética de este peculiar artista, dotado de una sensibilidad poco común y de la habilidad de recoger en estos luminosos collages su particular versión de un territorio. Un artista dotado con una sensibilidad poco común y con la habilidad para recoger en luminosos colla