Degustar un Mai Tai al borde de la playa en una hamaca de tu villa privada. Atragantarte con un chupito de algo desconocido en la barra del bar más destartalado. Viajar con lujosas maletas Louis Vuitton o cargando con una enorme mochila llena de parches. Los viajes de Emma y los de Finn son completamente opuestos, pero los dos triunfan con sus programas de viajes en la misma cadena de TV. Una viviendo a todo trapo, el otro buscando los rincones más desconocidos. No pueden ser más opuestos, y difícilmente van a coincidir, aunque estén en la misma ciudad grabando. Salvo que el destino, y las audiencias, pueden decidir otra cosa. A algún directivo con un extraño sentido del humor se le ocurre proponerles que trabajen juntos en el mismo programa. ¿Un greñas mochilero en el restaurante del chef más reputado de Francia rodeado de clientes trajeados? ¿Una exquisita mujer luciendo sus Manolos en la barra de un sucio garito lleno de sorprendidos y ruidosos clientes en chanclas? Solo pueden saltar chispas