Cuando Tate Collins conoce a Miles Archer, sabe que no es amor a primera vista. Y por una buena razón, el apuesto piloto sólo tiene tiempo para aventuras de una noche. Sin embargo, no pueden negar su atracción mutua, tan inmediata como ardiente. Entonces, ¿por qué no dejarse seducir cuando el sexo es tan bueno? Sin condiciones, solo pasión... Su arreglo parece perfecto, siempre y cuando Tate acepte respetar las dos reglas de Miles: No hay dudas sobre el pasado, no hay esperanza para el futuro.