Cocteau escribió Le coq et l'arlequin como manifiesto estético a favor de la música
despojada de Erik Satie. Eran los años de la polémica entre los partidarios de Wagner
y Debussy. El poeta, novelista y cineasta se sitúa al margen de ambos, pues dice buscar una música que sea ajena a las brumas, que esté definida por la claridad.
Las sentencias ingeniosas de este texto pueden calificarse como el acta de nacimiento de una nueva forma de hacer música en Francia, la del llamado Grupo de los Seis.
Cocteau reflexiona también sobre su propia aportación a la historia de los estrenos escandalosos, el ballet Parade con música de Satie.