Esta es una sociedad que esta infantilizada, le es difícil asumir a cada persona su responsabilidad, y se tiende a diluir en el grupo. Quizás se ha educado poco en el esfuerzo, en la austeridad, en el crecimiento personal, en forjar un carácter y esto ha conllevado un victimismo generalizado, un pedir ayuda al Estado, una dificultad para aceptar lo que los años, la experiencia, el aprendizaje, el saber deben conllevar. En este libro se aborda en profundidad un diagnóstico que es social y que afecta a gran número de ciudadanos, que realmente se comportan simplemente como consumidores. Parte de las problemáticas que se psicopatologizan acontecen por esta inmadurez que se ha hecho colectiva. Una sociedad que ?vende? la necesidad de estar contento y feliz, con frases enlatadas. Una tiranía que igual prohíbe libros, que obras de teatro, o expresiones que interpreten ofensivas para minorías identitarias. Y qué decir de la parentalidad infantilizada que se refleja de manera perversa cuando vemos a los hijos expuestos de manera continua y mercantilista en las redes. Y una vez que en este texto se alcanza este diagn