Ratona sale de casa, apresurada, a comprar comida y choca con alguien, entre el tumulto del mercado. De repente cae en la cuenta de que le han robado la cartera y se lanza a perseguir al culpable. A partir de este momento, comienza una disparatada historia en la que las cosas no son lo
que parecen. La desconfianza es un sentimiento de duda que genera pensamientos negativos y nos hace ver personas deshonestas a nuestro alrededor. Con frecuencia, en la infancia se escuchan mensajes de intolerancia, opiniones o críticas que hacen sentir confundidos a los niños o modifican su sentido de la realidad; también las prisas o el estilo de vida puede hacer generar desconfianza. Aprender a confiar es indispensable para tener una mente sana y relaciones satisfactorias. Juzgar desde los hechos, atender a lo que otras personas tienen que decir y observar la
realidad sin estar a la defensiva, es clave para un buen desarrollo.
Pero este cuento también nos enseña que el error puede ser una herramienta a partir de la cual cambiar una actitud; una oportunidad motivadora para aprender y originar gratitud.
La ilustradora, Graziella Troncatti, al margen de respetar la intención de la autora del texto, desarrolla y enriquece la historia desde las imágenes, estimulando así la sensibilidad visual de los lectores para ampliar el significado del relato.