En este número monográfico nos dirigimos al país vecino para explorar sus muchas posibilidades para la escalada, especialmente para amantes de las paredes y la aventura. Incluimos destinos muy conocidos como Taghia, Todra o Tafraout, pero también otras zonas menores que están en desarrollo.
El mapa de la escalada de Marruecos no deja de asentarse y evolucionar con nuevos destinos. En él destacan zonas como las grandes paredes de Taghia, que llevan décadas siendo un destino obligado para los amantes de la escalada en pared de todo el mundo; unos cañones de inagotable caliza de buena
calidad, que cuenta con un sinfín de alternativas para el disfrute. En el camino hacia Taghia se encuentra la Catedral de Imsfrane, que de momento es una pared muy poco frecuentada, pues cuenta solo con tres vías, ofreciendo mucho terreno de juego virgen para desarrollar.
Por su parte las gargantas de Todra, que antaño fueron el foco de la escalada marroquí, han multiplicado su número de vías, tanto en sectores deportivos como en pared, además de ofrecer todos los servicios necesarios para el escalador. O al sur, el granito de Tafraout, combinado con la roca cuarcita del cercano Jebel El Kest y sus líneas de escalada limpia, es igualmente un solicitado destino de la escalada internacional.
En este número incluimos además otras zonas de escalada, como Talembote, con la pared de Caiat y su entorno, de las que publicamos croquis inéditos que reflejan el gran desarrollo que ha vivido en los últimos años. Igualmente incluimos los datos prácticos básicos (cómo llegar, tipo de roca, etc), de otras zonas menores de escalada deportiva, que actualmente están en desarrollo, como Ain Belmusk, Gagou, Oued El Abid, Benslimane y el Valle de Takikest; todas ellas con mucho espacio y roca para seguir evolucionado.
Los amantes del bloque también tienen su rincón con destinos de primer nivel como Oukaïmeden, que suma más de 1000 bloque y sigue contando, y ya está empezando a organizar su cita anual “Boulderfest” que celebrará el próximo mes de mayo. E igualmente los alpinistas encontrarán su terreno en la selección de corredores y escaladas invernales de entre las múltiples opciones del macizo del Toubkal.
Un número que invita a recorrer Marruecos con los pies de gato y sobre todo con los ojos bien abiertos para disfrutar de todo lo que un viaje a otra cultura puede aportar, más allá de la escalada.
