En el año 1929 un joven cónsul boliviano en Londres, Mamerto Urriolagoitia es comisionado por su gobierno para explorar una parte de la región de El Chaco boliviano. A esa aventura invita a sus amigos ingleses J. C. Mason, cineasta que había viajado al Ártico en dos ocasiones, con la misión de tomar imágenes de la aventura, y Daniel Duguid, que sería el encargado de escribir la crónica del viaje. Tras cruzar el Atlántico arriban a una lluviosa Buenos Aires, y de allí por tren viajan a Rosario, desde donde remontan en un vapor el río Paraná hasta Asunción (Paraguay) y de allí se dirigen bordeando el Matto Grosso brasileño a la región de El Chaco, llamada también El Infierno Verde. Siguen en su viaje las huellas del explorador español Ñuflo de Chávez y, como él, pasan aventuras y penalidades. Allí, tras un encuentro fortuito, se unirá como guía a la expedición un cazador lituano llamado Alejandro Siemel (Tiger Man), el cual llegaría a ser muy conocido en el continente americano. La obra sería publicada en 1931 con un prólogo del entonces embajador en Londres, el marqués de Merry del Val, que aun mostrando sus diferencias con la visión que Duguid tiene de los colonizadores españoles, recomienda su lectura con pasión.
Julian Duguid nació en Inglaterra en 1902. Al acabar sus estudios en Oxford se trasladó a Londres con vago objeto de dedicarse a la literatura. Impartió clases durante algunos años hasta que le llegó la oportunidad de emprender una vida de exploración. En 1929 se unió al cónsul boliviano en Londres que partía para El Chaco, cuyo resultado fue El Infierno Verde (1931), narración de la que vendería numerosas ediciones y que sería traducida a varias lenguas. Regresó dos años después ?en esta ocasión al Mato Grosso brasileño- para escribir la biografía de su compañero del primer viaje, el ruso Alejandro Siemel, que publicaría en 1932 con el título con el que éste era conocido: Tiger Man.